Sara Rodríguez, presidenta de CODISA Impulsa Igualdad Andalucía destaca que «mi batalla diaria es generar oportunidades PARA, POR y no menos importante, CON las personas con discapacidad como protagonistas de su propio proyecto de vida”
Sara Rodríguez nació en San Sebastián (Guipúzcoa) aunque se considera extremeña, «tierra de origen de mi familia». Es en Cáceres donde pasó su infancia y juventud, estudiando en la Universidad de Extremadura una Diplomatura en Ciencias Empresariales, que después amplió a una Licenciatura en Económicas y Administración y Dirección de empresas en ETEA Córdoba, quedando ya vinculada a esta ciudad desde 2003.
«Cuento con una discapacidad sensorial casi del 90% de pérdida auditiva, lo que no me ha impedido disfrutar de mi pasión por el servicio a la comunidad y la búsqueda constante de la igualdad en nuestra sociedad. Siempre adjudico gran parte de mi mérito a mis padres, en especial a mi madre que siempre iba poniéndome a prueba en todo lo habido y por haber, empeñada decía: “su niña tenía que ser una mujer de provecho e independiente que no dependiera absolutamente de nadie”, apostilla la presidenta de CODISA Impulsa Igualdad Andalucía.
Cuando comenzó la formación universitaria, «el acceso de las personas con discapacidad a la educación superior era un desafío considerable». Y, es por ello, que hizo «algunos movimientos en la Universidad de Extremadura para mejorar la accesibilidad. En aquel momento no era consciente de lo que estaba haciendo, pero mirando retrospectivamente ya me doy cuenta que mi sentimiento de no rendirme y no dar las cosas por sentadas tal como te vienen, han estado siempre presentes en mí», explica.
«Y es que por mi sordera tenía que elegir o copiar los apuntes de mis compañeros o gastar tiempo y dinero en fotocopiar todos los apuntes si quería enterarme de las clases. Al principio los profesores se negaban a darme los apuntes porque decían que si me los daban porque podría dárselo a mis compañeros y haría que los alumnos no vinieran a las clases. Aquí no me quedé… y pedí hablar con el rector de la universidad y a partir de ahí conseguí no sólo que me proporcionaran los apuntes, sino que en la matrícula a partir de ese curso se incluyó una invitación a que los alumnos se ofrecieran como voluntarios para que sirvieran de apoyo a cualquier estudiante que llegara con algún tipo de necesidad de apoyo», comenta Sara Rodríguez.
Más tarde se unió a la Federación Provincial de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Córdoba (Fepamic) hace casi dos décadas, donde comenzó en el Departamento de Contabilidad, antes de pasar al Departamento de Recursos Humanos. «Con el tiempo, asumí la dirección de la Residencia de Personas Gravemente Afectadas de la entidad, teniendo a mi cargo un equipo de más de 120 trabajadores y 75 usuarios, lo que marcó en mí una búsqueda de mejora constante en la atención y el cuidado que mereceríamos», argumenta.
«Comencé formando parte de APDICOR, asociación que buscaba y busca la igualdad de oportunidad de ocio para las personas con discapacidad, con la cual intentábamos y seguimos intentando ofrecer alternativas a aquellas personas que por su discapacidad no cuentan con las mismas oportunidades de disfrutar de nuestro tiempo libre como el resto. En paralelo a los distintos puestos que he ocupado en FEPAMIC mi compromiso con el colectivo fue consolidándose siempre desde un aprendizaje continuado sobre dos realidades muy importantes, en mi vida y en esta entidad: las personas con discapacidad y la realidad de las mujeres, especialmente aquellas con discapacidad», manifiesta.
Lo que me llevó a ocupar cargos directivos en la FEDERACIÓN, pasando finalmente a asumir la Presidencia de la Federación, Presidencia de la Fundación FEPAMIC en 2016, así como, de los 5 Consejos de Administración de las 5 mercantiles del Grupo Empresarial FEPAMIC. Mi batalla diaria es generar oportunidades PARA, POR y no menos importante, CON las personas con discapacidad como protagonistas de su propio proyecto de vida”, describe Sara Rodríguez.
Por eso, «dentro de todas mis reivindicaciones destacaría el apoyo a procesos de igualdad de oportunidades en el empleo, búsqueda de recursos, búsqueda de mejora de sostenibilidad de un colectivo falto de recursos y derechos consolidados de forma estable y es lo que me ha llevado a participar de forma muy activa en otros círculos del movimiento asociativo, como vicepresidenta del Cermi Andalucía, presidenta de CODISA Impulsa Igualdad Andalucía, presidenta de ACECA (Asociación de Centros Especiales de Empleo de la comunidad andaluza) y otras responsabilidades desde las que poder seguir defendiendo los derechos de las personas con discapacidad», declara.
Por último, recuerda que uno de sus grandes retos es que «la mejor forma de mejorar la vida de una persona con discapacidad es darle autonomía», y que uno de sus lemas es “Contigo o sin ti, haremos lo que haga falta, pero si es contigo mucho mejor”.